Se trata de un proyecto colaborativo de 42 breves artículos escritos por personas de todo el mundo que ofrecen una visión transversal y con muchos matices de lo que es el Gobierno Abierto.
Os dejo aquí mis reflexiones sobre la Generación de dinámicas participativas
La participación está hecha de alma y de cuerpo.
El alma de la participación es el elemento fundamental que condiciona
el éxito del proceso. El alma está compuesta de capacidad para aceptar la
diferencia, voluntad de aprender, la cesión de poder que lleva a empoderar a
los participantes, sinceridad, confianza y sobre todo mucha, mucha honradez.
Pero además a la participación hay que vestirla. Hay que
dotarla de esos elementos prácticos que hacen que del conflicto surja la
convivencia con la diferencia, que los legítimos intereses particulares se
transformen en un proyecto común o que del conocimiento particular se obtenga
inteligencia colectiva.
Esos elementos prácticos son los que configuran la
metodología del proceso y más concretamente las técnicas y dinámicas
participativas.
Es en este momento donde la participación abre el camino a
la artesanía. Es artesana la combinación entre la seriedad en la planificación que
garantice la calidad del proceso frente a la flexibilidad en el método que mantenga
la mirada siempre puesta en la consecución del objetivo. En este sentido es en
el que se dice que no valen las recetas. Habrá que buscar técnicas adecuadas
para cada objetivo pero también para los valores y capacidades de los
participantes.
Las dinámicas muchas veces hacen que la participación sea
divertida. Detrás de esa ligereza que no es banalidad hay mucha pedagogía
fuertemente arraigada en fundamentos neurofisiológicos. Bienvenidos sean los post-it
de colores, las cartulinas con recortables o las piezas de lego.
Además cada momento del proceso exige una tipo de dinámica
distinta. La apertura y cierre del proceso son momentos en el que necesitaremos
todas las herramientas de que dispongamos para exponer la información de la
forma más didáctica y cercana posible.
Así mismo, a lo largo del proceso será necesario crear las
condiciones para que surjan propuestas que cuenten con el compromiso de los
participantes. No se trata de organizar reuniones “por el placer de
encontrarnos”, del proceso deben extraerse conclusiones y planes de acción. En
este momento serán útiles las dinámicas que ayuden a extraer información y que
conduzcan el diálogo de forma que se favorezca la creatividad.
Por último y según las características del proceso es
bastante posible que se llegue a situaciones donde se haga necesario negociar o
utilizar una vía de mediación. Que no nos pille por sorpresa.
En definitiva, hay cientos de dinámicas de participación que
pasan del post-it y el voto a mano alzada a las más sofisticadas herramientas
sociológicas o del tú a tú a las herramientas en red. Todas ellas son válidas.
Lo fundamental al elegir una u otra es el objetivo que se pretende conseguir y
la consideración del entorno en el que se quiere utilizar. Son esos dos
factores los que nunca deben perderse de vista.