domingo, 24 de febrero de 2013

Objetivo fallido

El pasado año el gobierno introdujo reformas que incluían descontar un 50% del sueldo los primeros cuatro días de la baja médica a los funcionarios.

La medida se presentó como la solución a acabar con supuestas bajas arbitrarias e injustificadas. El objetivo era reducir el absentismo laboral.

En el blog "El ventano" puede encontrarse la carta del profesor Fernando de la Cueva, de un instituto de Zaragoza, explicando a qué ha motivado a él, en realidad, la medida:


El hecho de que alguien enfermo se dedique (involuntariamente) en su fase contagiosa a extender rápidamente la enfermedad es en sí nocivo. Genera picos de atención que saturan las urgencias y aumentan el gasto sanitario (lo que ahorramos de un lado...)

Seguramente, cuando vuelva a aparecer alguna otra epidemia como la de la neumonía SARS volveremos a recibir medidas como "Los enfermos, en el período de contagio, deben intentar permanecer aislados y no acudir a entornos donde puedan infectar a otras personas".

No vamos a entrar a valorar el hecho de trabajar una semana entera al 50% o menos frente a un día o dos de ausencia. Creo que el análisis de la productividad y la motivación es francamente evidente.

Pero aún he podido comprobar otro efecto pernicioso de esta medida.No he visto nunca en mi trabajo coger bajas médicas de forma arbitraria pero sí he visto reincorporaciones con el siguiente mensaje "El médico no me daba el alta pero quería volver y ver cómo me encuentro. Si no me va bien, me volverá a dar la baja".

Esta actitud solía suponer una vuelta temprana al trabajo. En definitiva, una disminución del gasto social.

Ahora, ¿Quien se coge un alta voluntaria antes de estar recuperado si el volver a estar de baja le supone un descuento de 2 días completos de trabajo?

No dudo que haya bajas motivadas por razones que no puedan considerarse puramente médicas. Pero la primera causa que me viene a la cabeza es la de conflictos laborales. En lugar de "amenazar" al trabajador con un descuento del sueldo me pregunto si el resultado de incluir medidas y herramientas para prevenir o mejorar la gestión de conflictos sería acabar con esas bajas "injustificadas". Actuar sobre el sistema. No sobre la persona.


Perseguir un comportamiento mediante la coherción ha conseguido acabar con la buena disposición general del trabajador. ¿Objetivo cumplido?

domingo, 17 de febrero de 2013

Sobre la Reforma del Sistema Universitario Español



Este fin de semana nos han tenido muy entretenidos con la publicación de las Propuestas para la reforma y mejora de la calidad y eficiencia del sistema universitario español” que ha entregado el comité de expertos que ha estado trabajando durante 10 meses.

No pretendo hacer un resumen aquí de lo reflejado en el informe porque aunque es de agradecer (son 84 páginas de informe y 31 de adenda) ya hay artículos en prensa y varios blogs que cumplen perfectamente ese cometido:


A lo que no puedo resistirme es a comentar algunos de los aspectos más llamativos de lo publicado.

Para empezar, sólo en la forma de presentación ya se puede adivinar que el conflicto está servido. Es una comisión en la que de las once personas que inicialmente la componían, hubo dos dimisiones y en que a pesar de que la nota del Ministerio destaca que “ha sido suscrito por la totalidad de los miembros de la Comisión que han participado en la misma hasta la conclusión de sus trabajos”, se acompaña de una adenda de los 2 juristas de la comisión en la que muestran sus discrepancias. 

Siete de once es una proporción que ronda 60%. Si ese es el grado de acuerdo conseguido en un grupo de trabajo después de 10 meses está claro que habrá una gran controversia en el debate público. Eso, si lo que se fuera a aplicar desde el Ministerio fuera lo suscrito en el informe, que aquí entre nosotros, dudo mucho de que lo sea.

Así que mi primera impresión es que el golpe de efecto de iniciar la reforma universitaria con una comisión de expertos no le ha resultado nada bien al señor Wert.

Otra pincelada. El grupo de expertos está compuesto únicamente por profesores universitarios. En el momento de la constitución del grupo ya me resultó llamativo y lo cierto es que la publicación confirma lo esperado. El informe es claramente parcial en su visión sobre lo que es o debe ser la Universidad. No hay intervención de alumnos, ni del personal de administración y servicios, ni de ningún elemento que sirva de reflejo de la sociedad.

@sergiomontesa lo resumía en 140 caracteres - Informe #reformauniversidad : aparece 50 veces el termino "sexenio" y sólo 2 "transparencia en la gestión" y "participación de la sociedad"

Entrando ya en el informe el primer punto al que acudí fue el de Garantías públicas de la calidad de los candidatos a los distintos cargos universitarios de gobierno y representación, suena bien ¿no?. Como ciudadana y como trabajadora voy a tener garantías de la calidad de los cargos universitarios!!! Allí fui de cabeza.

Bueno, pues las garantías consisten en un único párrafo en el que se recomienda publicar el CV de los cargos de gobierno. Ya está. Nada más.

Confieso que tras este golpe de decepción decidí pasarme al adendo y ver en que divergen los juristas.

Las diferencias se dan en 2 de los 5 capítulos, el de selección del personal y el referido al gobierno de las universidades.

Mencionaré sólo lo referente a la selección de personal y lo que en los medios han llamado desfuncionarización del profesorado

El informe propone la convivencia de personal funcionario con personal contratado de forma directa por los campus definiendo criterios propios y pudiendo aplicar condiciones contractuales individuales.

Este punto es un reflejo claro de una polémica más global que se da en la sociedad, el cuestionamiento del valor de una función pública donde el funcionario garantiza la continuidad y la independencia más allá del vaivén político. En el caso universitario se plasma en la plena independencia investigadora y docente ya que sólo los profesores funcionarios son titulares de la libertad de cátedra que garantiza la constitución.

Entiendo que el debate se de y también que el origen de la propuesta, el facilitar la contratación de profesorado procedente de otras universidades, en especial de otros países sea bien intencionado, pero sinceramente creo que quien hace esa propuesta ignora la realidad de la administración pública.

Creo que a estas alturas está más que demostrado que la bien intencionada creación de empresas públicas que buscaba dinamizar la administración dotándola de formas de contratación más flexibles ha sido una puerta abierta a abusos y una agencia de colocación de lujo para algunos. ¿De verdad la Universidad va a repetir el error?

Hay mucho más que comentar de la reforma universitaria y de este informe en particular pero esto sólo pretendía ser un primer esbozo.

Sólo terminar este post diciendo que a pesar de que pueda dar una impresión muy negativa, hay puntos que desde mi punto de vista sí suponen claramente una mejora, por ejemplo la propuesta de un complemento salarial ligado al rendimiento del centro o el departamento que se justifica en incentivar la selección de los mejores. Yo creo que hay otra justificación que lo apoya y es la creencia de que una de las lacras de nuestro sistema universitario es el individualismo. Cualquier medida que busque que la competición se transforme en colaboración cuenta con mi apoyo.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Atención que no atiende

Un familiar cercano tiene un problema que requiere una revisión de un oftalmólogo cada 3 meses con riesgo de perder la visión si se descuida. Ha ido a pedir cita para la próxima revisión con un mes de tiempo, como solían aconsejarle. Le ha comunicado que la lista de espera es de 200 días. Casi 9 meses.

Él no puede esperar. La encargada de darle la cita le ha derivado a atención al paciente. Esta persona acudía a atención al paciente esperando que le dijeran "indíquenos aquí el motivo y pasará a categoría A1 (por decir algo) y, de ahora en adelante, recibirá una citación cada 3 meses. La próxima la tiene para dentro de 4 semanas".

Sin embargo le han dicho "aquí no podemos hacer nada. Aquí tiene el formulario que puede entregar en el despacho que encontrará a mano derecha saliendo por este pasillo". Él ha preguntado "Y, tras entregar la queja, qué pasará". Le han respondido "Normalmente nada, las archivan y luego generan un informe anual".

Este persona estaba absolutamente indignada. ¿Cómo podían responderle así?. ¿Cómo podían poner a alguien en una ventanilla para que no hiciera nada?!!!!

Sí, sí, estar, estaban trabajando. Pero el trabajo de entregar y recoger el formulario de queja, archivarlo, contabilizarlo y elaborar un informe mensual. No sirve para nada. No mejora el servicio. Además, con una lista de espera de casi nueve meses sólo en esa especialidad, es probable que se vean desbordados. Probablemente, hará falta "reforzar" esa unidad. Dedicar más esfuerzos a que haya gente entregando formularios, procesándolos y haciendo informes anuales que no resuelven nada.


No me quiero imaginar la motivación en el trabajo de un funcionario cuya función es únicamente aguantar los gritos y las protestas de los pacientes ser absolutamente consciente de que no tiene ninguna solución que ofrecerles. Nadie es feliz realizando un trabajo que no sirve para nada.

Si, en lugar de esto, se concentraran los esfuerzos en hacer un triaje de los pacientes para poder citarlos conforme a sus dolencias, en agilizar los trámites de la consulta para hacelas más ágiles o gestionar la lista de espera en función de la tipología de la enfermedad tendríamos un mejor servicio. ¿Es posible?