miércoles, 18 de julio de 2012

Recortes de ilusión

Algunos de los soñadores que reclamábamos una administración mejor, orientada al ciudadano, servicial y práctica, creímos ver en esta crisis una oportunidad para mejorar.

Ya que, sorprendentemente, tras una crisis provocada por la especulación urbanística las miradas se dirigían al servicio público, íbamos a salir un montón de funcionarios con nuestras "libreticas" (vale, vale, algunos apuntan en el iphone) con listas de ideas de cómo mejorar, optimizar o reconducir muchos servicios administrativos.

Yo era de esos. Pero tras ver pasar varias veces una implacable guadaña que tan sólo cercena a nivel presupuestario dejando además la incertidumbre de cómo se va a seguir prestando servicio, me he pasado al otro bando.

Me he pasado al bando de "cogeros todos por los brazos, agarraros fuerte y haced una barrera humana para defender lo nuestro". Y ya, como con los hijos, que el nuestro no será el más guapo, ni el más listo pero que, para nosotros, es el mejor. Y que no lo critiquen, que por mi hijo mato.



Pero luego llega unos compañeros funcionarios, de esos que le han robado al menos 1000 euros de su sueldo (que total seguro que lo iba a usar para comprar langostinos o desgravarse por amortizar hipoteca y eso que nos ahorramos) y resulta que esta semana, quitandole horas al sueño, a sus familia y al tour de francia, han conseguido implementar un proceso que hace más eficiente la gestión, ahorra tiempo a los trabajadores y pago de horas extras a los presupestos.

Y entonces te das cuenta que igual que pedíamos que la administración tenía que funcionar pero dedicar un espacio a revisarse y mejorarse, nosotros, los funcionarios tenemos que seguir actualizando nuestra "libretica" con las mejoras e ideas que se nos ocurran mientras defendemos las bondades y necesidad de un modelo público, plural e independiente.

Hoy es un día para apoyarnos, para lamernos las heridas de ver cómo nos quitan parte de nuestro sueldo para destinarlo a lugares con una gestión económica dudosa, de cómo perdemos derechos adquiridos para compensar ínfimamente agravios económicos. Hoy es un día para saber que no podemos dejar que nos quiten nuestros sueños. Que nuestras aspiraciones por mejorar el servicio no deben morir y hoy no tienen por qué estar más lejos que ayer.

Hoy es un día para creer y defender más que nunca lo público. Y para dar las gracias a Javier, Iñaki, Guillermo, Sergio y Belén por mantener la ilusión y contagiarnos.

miércoles, 4 de julio de 2012

Mujeres que no se esconden


Ayer el club de Opinión La Sabina  nos invitó a la entrega de sus premios Sabina de Oro y de Plata. En su concepción, busca "ser un espacio de debate que contribuya a la presencia de la mujer con voz propia en nuestra sociedad", así que como para no ir !!

logoPQPocas veces en este blog que nació enfocado en una dirección muy concreta, hemos hecho referencia al hecho de ser mujeres, pero sí hemos hablado muchas veces de situaciones que no entendemos, de sistemas estructurales que provocan injusticias y sobre todo de la necesidad de cambio. Dejadme que después de la tarde de ayer, reflexione sobre mí misma no como funcionaria, ni como deliberativa, sólo como mujer:


 Soy una mujer a la que como a muchas otras, la vida no siempre se lo pone fácil, y que sin embargo con el tiempo voy aprendiendo que mis supuestos fracasos me llevan más lejos que mis supuestos éxitos.


Tengo un cuerpo de mujer que cada vez con más claridad va contando mi historia reflejada en señales que quedan en él grabadas, y que recorre un camino lleno de cómplices que me apoyan y acompañan.


Soy una mujer que a la vez es madre, que encontró en la maternidad una insospechada forma de ser más yo.


No sé si soy luchadora, pero sí se que soy soñadora y cuando pones nombre a tus sueños renunciar a ellos es renunciar a ti misma, así que no es constancia, ni lucha, es supervivencia.


Todo esto hace que de vez en cuando, en días como ayer, disfrute mezclándome entre mujeres que no se esconden. Entre esas mujeres que siguen teniéndolo difícil para acceder a puestos directivos, que siguen siendo víctimas de quien les hace daño porque las consideran suyas o que son las primeras víctimas en las situaciones de crisis, y que sin embargo, siguen buscando su lugar en un mundo donde la desigualdad ya pesa demasiado.