lunes, 15 de abril de 2013

Cuotas y representación

Gracias al club de opinión La Sabina pude disfrutar de un coloquio con Pilar Andrade, Carmen García y Valle García.

En este coloquio de lujo, que hablaba de empresarios y emprendedores y daría para varios post, sobre todo la parte de cómo la administración puede favorecer el emprendimiento, también se mencionaron las cuotas de participación.

Mi opinión no ha sido nunca favorable a las cuotas.

Cuando me hablaban de gobiernos que había sido francamente dificiles de formar para cumplir esa cuota del 50% de mujeres pensaba que, en realidad, lo que se había conseguido es que, los hombres que formaban ese gobierno, habían demostrado de veras su valía.

Ahora sé que me equivocaba. No es cierto que en los gobiernos o en los equipos se escoja siempre a los mejor preparados para el puesto. Hay numerosos estudios que avalan que preferimos elegir como colaboradores a nuestros compañeros de carrera o de  mili por encima de las competencias profesionales necesarias.

También tengo un compañero contrario a las cuotas que siempre ha dicho que por qué no se fijaba una cuota para calvos, gordos o feos.

Gracias a estas intervenciones sé que mi compañero no iba desencaminado. Lo que se habló en el debate es porqué decir que tiene que haber un mínimo de un 40% de representación femenina. Por qué no hablar que ambos sexos deben estar representados.

¿Por qué no exigir gobiernos formados para representar al conjunto que representan? Que el porcentaje de mujeres, discapacitados, gordos o calvos se vea reflejado en el gobierno. Que no tengamos gobiernos que no representen todas las sensibilidades, capacidades y potenciales de sus estamentos.

¿No queremos que todas las voces sean escuchadas? ¿Por qué no legislar para asegurarnos que todas las voces tengan la suficiente potencia?


Cuando trabajas en el campo técnico te parece impensable tomar una decisión que afecte al conjunto del servicio sin consultar con todas las especialidades técnicas que lo representan. Y es por eso que se eligen responsables de cada rama para participar de este tipo de decisiones.

Otro de los argumentos que se utilizan en contra de las cuotas es la tristeza de acceder a un puesto de responsabilidad únicamente por ser mujer. Bien, pensemos en una empresa o una administración donde, en los estamentos inferiores, la representación de los sexos no es llamativamente dispar. Que ninguno de los sexos esté por debajo del 40%. En este caso, la selección de personal, habría que haberla hecho francamente mal para que entre uno de los dos sexos no haya nadie capaz de asumir esa responsabilidad.

Es decir, en aquellas empresas o administraciones, donde los puestos de responsabilidad no representen (en todos los ámbitos) la disparidad o la variedad de sus miembros, lo que hay que preguntarse es ¿De verdad no hay nadie lo suficientemente competente en ese rango? ¿Por qué?

Las cuotas son forzadas. No hay duda. Pero igual que es forzado, en una escalera con un par de siglos de historia, poner una rampa. Pero si no hacemos ese esfuerzo. Si no rompemos con esa tradición histórica. Si no rompemos esa "armonía arquitectónica", nos estamos dejando algo muy valioso fuera. Y sí, hablo de las personas en sillas de ruedas pero también de las mujeres.

6 comentarios:

  1. Mi opinión tampoco había sido favorable a las cuotas ... hasta ahora que cada vez lo veo más necesario.

    ¿Será una señal de que nos volvemos más juiciosas o de que cada vez vemos más injusticias en el terreno de la igualdad?

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  2. "...No es cierto que en los gobiernos o en los equipos se escoja siempre a los mejor preparados para el puesto..."
    En eso va a ser que estamos MUY de acuerdo. :-)
    No obstante, las cuotas me parecen una MALA solución a un problema que SÍ existe.

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  3. Lo mas justo es el sorteo entre quienes esten suficientemente preparados

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  4. Gracias por vuestros comentarios.
    Está presente el que, seguramente, sea la raíz del problema: Elegir a los mejor preparados.

    Y ahí es dónde hay que abrir el debate. ¿Cómo conseguir que los mejor preparados accedan a los puestos de responsabilidad? A todos los niveles: consejos de administración, gobiernos, organismos públicos, jefaturas,...

    Por ejemplo, una medida que ha demostrado ser eficaz a la hora de evitar el sesgo en el sexo de los seleccionados es la de que las comisiones de selección sean mixtas. Quizás estas medidas sean las que procuren que las selecciones no se manipulen o que sean lo más eficaces posible.

    Estoy convencida de que estamos viendo sólo un pequeño efecto de un gran problema. La duda es si medidas como las cuotas son un parche que no ayuda a resolver nada o un pequeño ariete para conseguir que las personas cualificadas tengan por fín la oportunidad que se merecen y nos merecemos los demás, ser dirigidos por competentes.

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  5. a) A mí me da igual depender de inútiles macho que de inútiles hembra: yo lo que no quiero es depender de inútiles.

    b) No veo bien la diferenciación por sexos. Hace poco pedíais CVs sin nombre ni foto, lo que me parece genial. Poner cuotas significa tener que distinguir por sexos obligatoriamente. No me parece bien. Llevando la idea al extremo (o no)... A un hombre que se sienta mujer, ¿lo contaremos como hombre o como mujer? ¿O dependerá de que vista como hombre o como mujer? Y si se cambia de sexo y esto altera las cuotas, ¿tendremos que despedirlo? ¿Y qué cojones tiene todo esto que ver con sus capacidades y su desempeño profesional?

    c) Elegir bien no es fácil ni sencillo, pero cosas mucho más complejas se han hecho cuando ha habido interés en ello. Un procedimiento ideal conllevaría (en mi opinión) concienzudas especificaciones y medidas; poco que ver con lo que se hace en realidad y mucho más trabajoso que señalar con el dedo al fulano de turno guiados por simpatías, por intuiciones (ese gran conocimiento interno que solo los seres mentalmente mejor dotados, según ellos, poseen) o por datos que un niño de 8 años sería capaz de gestionar. En cualquier caso, como característica imprescindible (¿necesaria?) para garantizar la calidad de la selección, una medida de fácil e inmediata adopción que me atrevería a proponer es que todos los procesos de selección sean siempre totalmente públicos. Me refiero a públicos de verdad, no a públicos de chiste como lo son ahora.

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  6. Hernan Berguan,

    Es cierto que si los sistemas de elección fueran justos por pura estadística habría más mujeres en esos puestos, incluso si acudiéramos al sistema de sorteo que propone Javier tendríamos resultados más equilibrados, pero la realidad es que la sociedad a día de hoy no ha resuelto el problema de la igualdad de oportunidades para la mujer en los puestos de responsabilidad. En eso las cifras son muy claras.

    Hace unos años eso se explicaba porque la mujer no tenía el mismo nivel formativo que los hombres. Desde hace tiempo esa explicación ya no vale.

    Las coutas son una medida de urgencia para una situación que necesita ser revertida. Un toque para hacer que se tambalee un sistema claramente injusto. No es una solución a largo, ni siquiera a medio plazo.

    Además hay un problema muy serio en que los puestos de responsabilidad no los ocupe gente preparada, ¿cómo garantizar la elección de los mejores?, y lo que es más importante ¿cómo evaluar su actuación, delimitar sus responsabilidades?, ¿por qué la evaluación de políticas públicas es la gran olvidada del ciclo político (entendiendo como político cualquier puesto "de confianza")?

    Son 2 problemas que van de la mano pero creo que los 2 deben visibilizarse y la discriminación que hoy sigue existiendo debe seguir siendo tema de discusión.

    En cuanto a sistemas públicos de elección totalmente de acuerdo, pero creo que llegaríamos a esa situación en la que veríamos que la gente elige a su primo públicamente sin ningún atisbo de vergüenza.

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